HELADA MADRINA (CAPÍTULO II)
CENICIENTA
ESTABA TRANQUILA SENTADA AL LADO DEL FUEGO. DE
REPENTE ALGUIEN TOCÓ LA PUERTA, ELLA FUE A ABRIRLA Y ENCONTRÓ A UNA
POBRE MUJER CONGELADA POR EL FRÍO DE LA NOCHE.
ENTONCES LA SEÑORA LE PIDIÓ VARIAS COSAS, UN POCO RARAS, QUE NO ERAN TAN
COMUNES, COMO POR EJEMPLO: UN ZAPALLO, UNA RATA, DOS RATONES Y VARIAS
LAGARTIJAS. LA JOVEN PENSÓ QUE SI PREPARARÍA UN GUISO CON ESOS INGREDIENTES LE
IBA A SALIR ASQUEROSO. PERO LA MUJER LE
CONTESTÓ QUE DE NINGUNA MANERA COCINARÍA
ESA COMIDA SINO QUE LOS TRANSFORMARÍA EN DISTINTOS OBJETOS.
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